Nadie absolutamente. Sólo nosotras dos, que veníamos de estar follando toda la noche y que aún no nos habíamos ido a dormir. Te empeñaste en entrar y en aquel momento no supe por qué, porque lo último de lo que tenía ganas a esas horas y con el cuerpo como lo tenía era de pensar, ver, saber, imag...