Ese hombre del título sería el padre del niño Jacques Cormery, protagonista de esta historia. Pero de este padre emigrante, que murió en el frente durante la primera guerra mundial y que se había casado con una menorquina analfabeta y casi muda con la que apenas dispuso del tiempo necesario para tener dos hijos, poco se sabrá. Los pobres no tienen historia, o tan sólo aquella que les otorgan las guerras y las revoluciones. El verdadero primer hombre es el hijo : sin padre, educado en un miserable barrio periférico de Argel por una abuela autoritaria, que le inflige castigos corporales ante una madre impotente