Comencé a leer este libro porque fue seleccionado por el club de lectura al cual pertenezco y lo terminé porque fue escrito por Vargas Llosa. De haber sido otro autor, no creo que hubiese leído más de 60 páginas. Sinceramente, no se sí el impedimento a disfrutar el libro fue deficiencia del libro o un alejamiento personal a la cultura Latina. Tuve dificultad en identificarme con muchos de los personajes. Los hombres son machistas y mantienen un enfoque en el sexo que me pareció patetico. Las mujeres son un cero a la izquierda. Los personajes no son capaces de ir al grano y por tanto establecen diálogos interminables. Y, más que todo, estoy en desacuerdo con la elaboración del tema central del libro, la relación entre padres e hijos, y con la noción que el héroe es uno de los hombres protagonistas. En efecto, el supuesto héroe del libro es sumamente cruel y no percata la gran posibilidad de que su propia conducta a través de los años fue la causa de la situación en la cual se encontró. Este es un cuento que me gustaría oír contado desde el punto de vista del lobo, tal como "The Story of the Three Little Pigs as Told by the Wolf." La verddad me decepcionó el libro. La historia inicia muy bien, pero, luego, cuando aparece Don Rigoberto, se vuelve cursi y forzada. Pudo haber sido una novela más corta y agil si se eliminara toda la parte de Don Rigoberto, el personaje de Edilberto etc... No obstante, en cuanto a recursos literarias, vale la pena remarcar la forma que se entrelazan las conversaciones con las conversaciones pasadas y que se recuerdan como si estuvieran en vivo... El personaje de Gertrudis, la esposa del protagonista Felícito Yanaqué, me encanta... "A él le parecía que Gertrudis se había convertido con los años en una especie de mueble, que había dejado de ser una persona viviente", y "Miró a Gertrudis en busca de ayuda, pero ésta seguía callada, replegada en sí misma como uno de esos moluscos de nombres raros que ofrecían en el Mercado Central las vendedoras de pescado".